No un poco, sino muy nerviosa. Y no por el hecho de qué,
sino por el hecho de a quién.
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Foto: Televisa |
Alberto Lati, egresado de la
licenciatura de comunicación de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México
y periodista en Televisa Deportes desde 1995, me concedió amablemente un momento de su tiempo para expresar su opinión acerca de los
problemas que él considera prevalecen en el mundo del periodismo.
Estudió un diplomado en
crónica deportiva y al margen de ello, diversos cursos de idiomas «una de
sus pasiones» . Ha sido corresponsal en 7 países «Japón, España,
Grecia, Alemania, China, Sudáfrica, Gran Bretaña» cubriendo distintos
eventos deportivos y a visitado casi 100 países a lo largo de su vida. Considerado por él una "bitácora de viaje", recientemente acaba de publicar su primer libro Latitudes. Crónica, viaje y
balón cuyo contenido se basa en las experiencias de vida durante sus
corresponsalías y visitas a países al rededor del mundo. Su
próximo destino será Brasil, sede de la Copa Mundial de fútbol en el año en curso.
Ha tenido la oportunidad de entrevistar a premios Nobel de la paz como el Dalai Lama, a jefes de Estado como Lech Walesa, a activistas políticos como Garry Kasparov, a figuras del espectáculo como Madonna, a escritores como Nadine Gordimer, y a leyendas deportivas desde Michael Phelps, Roger Federer, Michael Shumacher, hasta Pelé, Franz Beckenbauer y Diego Maradona. (Latitudes. Crónica, viaje y balón, 2013)
¿Quién con una mejor
perspectiva de las distintas formas de ejercer el periodismo en el mundo y la capacidad de identificar sus problemas que él?
Me expresaba, que problemas
considera existen muchos, pero me llamó
la atención que mencionara que en hoy en día estima que las
redes sociales, a pesar de lo maravilloso que puedan tener o servir como medio,
tienen mucho para temer. La ventaja, me dijo, está en que nos permite mostrar
facetas o en el hecho de poder tener auténticamente reporteros
gráficos distribuidos en cada metro cuadrado del planeta. Lo ejemplificó con lo
que ha sucedido en el mundo Árabe bajo regímenes totalitarios en situaciones de
emergencia, perviviendo o denunciando fraudes, sin embargo, dijo, al mismo
tiempo genera que muchas personas en determinado momento se sientan con la
autoridad de opinar sobre un tema y generar especulaciones o dar pie a rumores
o noticias no sustentadas sin ningún apego a la realidad. "Hoy en día
cualquier persona puede ser periodista de las redes sociales" lo cual considera un riesgo.
Por otro lado, me expresaba
también la situación de la inmediatez de la información en las redes sociales,
lo que cree hace al periodismo, a lo que sucede en una versión impresa,
radiofónica o televisiva, perder sentido, todo a su vez que la noticia ya se
conoció con anterioridad. Dijo: "El tema pierde valor o sentido para la
hora de ser difundido a través
estos medios".
¿Por qué me llamo la atención que se refiriera a estas
situaciones como un "problema"?
Precisamente el contenido de mi ensayo del primer semestre Participación
ciudadana en Twitter: Ocasión para el Periodismo Digital defiende y
explica las ventajas del periodismo digital «específicamente de Twitter»,
en donde argumento que sus características se superponen a las que determinan
al periodismo tradicional. Por ejemplo, yo explicaba la instantaneidad de
la información en el medio, como un factor que se posesionaba siempre
a favor del lector y no como un exterminador de la esencia del
periodismo tradicional.
Alberto comentaba: "Hoy en día cualquier persona
puede ser periodista de las redes sociales" y con esto estimo, coincide
con la declaración de Joaquín Maroto en los Cronistas del Tiki Taka: “Antes,
para contar algo, se daba por hecho que debías estar ahí". Sin embargo,
lo anterior sería la antítesis de lo que sugiere Dan Gillmor con el
Periodismo Ciudadano. No hay que mal entender, Alberto no está en contra de
ello, pero considera la apertura del poder que otorga la cuota informativa, un
riesgo ante el uso equívoco de ella.
Pero continuando...
Adentrándonos más en el tema de la manipulación de la información, él refiere a que la cuestión está en diferenciar entre dos facetas. Decía, "Una cosa es que exista línea editorial, por ejemplo en España, en donde es muy clara la
afiliación política o el eje político bajo el cual se mueve el país,
o en el caso de México con el periódico La Jornada, que es sabida y comprobada su afiliación
hacía la izquierda, y otra, es que exista no una línea editorial sino una manipulación, el hacer
que la información cuadre directamente a los intereses a los cuales el medio o el periodista está enfocado o sirviendo. Son temas muy diferentes, y de pronto, bajo una frontera muy
difícilmente identificable.
"Muchas
veces achacamos a México males que son de todo el mundo o circunstancias que
pertenecen a todo el mundo", me dijo en respuesta a cómo percibía este fenómeno en México. Expresaba que en ocasiones se vuelve fácil juzgar a un periodista bajo las condiciones o valores que caracterizan al medio para el que trabaja, pero no obstante, el fenómeno de la línea editorial es una constante en el periodismo mundial. Además, no lo considera especialmente dramático o exagerado, simplemente lo percibe como algo que es y existe.
Para él, el oficio del periodismo en los países Escandinavos se realiza, en buena medida, de forma integra, ya que en teoría, existe una autoridad reguladora e imparcial. Menciona también como ejemplo a Japón e Israel, en donde, comenta, "se dan
cosas muy gratificantes en el sentido de que más allá de lo que el Gobierno
quiera o no le convenga que se sepa, hay periódicos que denuncian, explican
o investigan el hecho. Habla de que en México, se presenta una situación parecida, pero que lo que urge es garantizar la seguridad del periodista. "La ruta no se
halla por promover la investigación, eso hay de sobra en México, el asunto está en dar o propiciar las condiciones al reportero para dirigirse hacia donde
tenga o crea que tiene que ir. Garantizar sus derechos es lo que apremia".
Para finalizar, me platicaba una analogía que alguna vez le expuso un profesor en la universidad y de la que nunca prescinde en su intento por dejar clara la ruta que convenientemente debemos de seguir las nuevas generaciones de periodistas. "Los grillos cuando están saltando libremente llegan
a cierta altura, pero cuando los metes a una cajita, al cabo de un tiempo, ya
no brincan más allá de esta cajita por mucho que los saques". Hay que evitar entrar en la cajita, hay que evitar que se nos imponga un límite de de altura o una manera de salto. "Hay que mantener la esencia, hay que mantener la
voluntad, hay que seguir impregnados del ideal de dar contexto en toda
nota que realicemos y fundamentarla, de
encontrar todos los lados posibles para abordar un tema, evitar el
conformismo y la comodidad. A partir de eso,
tendremos la capacidad de hacer un periodismo diferente que contribuya, además,
que en el fondo creo que es lo básico, a algún tipo de responsabilidad social". Y decía: "No
estoy hablando de que el periodismo tenga que tener el estilo del formalismo,
ni de una lucha de clases, sino a que en el fondo debemos de tener cierto tipo
de conciencia social". Se refiere al tipo de responsabilidad que te exige pensar previamente el qué, el cómo y el a quién vas a emitir el contenido. Me comentaba, que él alguna vez dejó de realizar alguna nota en ciertos países porque le dio
la impresión de momento, que hacerla podía representar conceder malas ideas o
impresiones a su audiencia.
La situación entonces, según Alberto Lati, gira en torno a conocer la línea editorial de los medios. Hacer y lograr crear conciencia de un uso adecuado de las redes sociales como espacios informativos. Identificar y exigir, como periodistas y ciudadanos, que se respete nuestro derecho a la libre expresión, que se garantice nuestra seguridad y se nos propicien las condiciones para seguir el camino informativo que consideremos pertinente. Y por último, evitar ser víctimas de una imposición de forma y altura de salto en la profesión, como lo explica la analogía de los grillos.
Y de que el periodismo digital le está ganando la partida al periodismo tradicional, ni hablar.
Y para los curiosos, un poco más de Latitudes. Crónica, viaje y balón. Alberto en entrevista para la Revista Leemas de Gandhi: